- Cannabis: puede producir dificultades respiratorias en las personas que lo consumen. A largo plazo puede desencadenar esquizofrenia.
- Cocaína: puede provocar hemorragias nasales, problemas respiratorios o alteración del sueño, así como cefaleas o accidentes vasculares que podrían concluir en un infarto cerebral. También puede desencadenar la llamada "psicosis cocaínica", que conlleva ideas paranoides que llevan a un estado de confusión en el consumidor pudiendo producir crisis de pánico y alucinaciones.
- Éxtasis: puede provocar altos riesgos en el organismo, como alteración del ritmo cardíaco, subida de temperatura corporal, temblores, convulsiones, además sufre el riesgo de padecer riesgos psicóticos.
- Anfetamina: provoca la aparición de acné, trastornos en el cabello, dientes, encías y uñas. Además, a largo plazo puede ocasionar cuadros psicóticos que pueden ser confundidos con la esquizofrenia, alucinaciones, inquietud excesiva, convulsiones, delirios panaroides o depresiones.
- Alucinógenos: puede provocar trastornos de ansiedad y depresión, aunque uno de los efectos más peligrosos es el efecto flash-back. También puede desencadenar cuadros psicóticos de tipo esquizofrénico, conductas de carácter paranoide o deficiencias en la memoria y en el pensamiento abstracto.
- Ketamina: a largo plazo puede provocar daños cerebrales, problemas de memoria, de concentración, deterioro de habilidades lingüísticas, dificultades en la digestión, en la micción, problemas oculares y alteraciones del sueño.
- Heroína: puede producir alteraciones de la personalidad, trastornos en la memoria, trastornos de ansiedad o depresión, así como abortos espontáneos, alteraciones en la nutrición o dolencias cardiovasculares.
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